Hablar de los clásicos de Disney es un tema delicado, en especial cuando vemos su transición de la animación a los live action, cierto es que en estos hay puntos a favor y detalles que preferimos olvidar pero, así funciona el arte, muchas veces se trata de dar un paso adelante y dos atrás, como todo en la vida; a pesar de que errar es humano, no podemos evitar pensar al ver estos live action: ¿En verdad los necesitamos?, tristemente suelen prometer mucho y cumplir poco, llegando a ser un manchón en la trayectoria del estudio, por lo que no es novedad que reúnan más detractores que adeptos, justo como le ha pasado a la reciente entrega de La Sirenita y no… el problema no es Halle Bailey.
El problema es el querer jugar con la nostalgia pasando de la animación al mundo real, ese que terminamos con personajes como Flounder, Sebastian y Scuttle que contaban con una importancia considerable en su versión original, a ser seres con los que nos cuesta mucho establecer una conexión, además de qué, como en muchas otras películas de Disney, hacen un uso abusivo del CGI que resulta en escenas completamente extrañas y acartonadas, siguiendo con los problemas, hay un guión flojo y algo escueto, queriendo tomar la esencia de La Sirenita del 89, con un mensaje ambientalista (que nunca queda de más agregarlo), seguido de un par de descartes poco acertados, sin embargo ¡No todo está perdido! Tenemos un cast encantador, con Halle Bailey y su mágica voz a la cabeza, se acompaña de Javier Bardem, Jonah Hauer-King, Awkwafina, Melissa McCarthy y el joven Jacob Tremblay, dentro de muchos otros; tampoco podemos olvidar que Lin-Manuel Miranda suele dejar muy satisfecho al público, gracias ese talento tan natural que tienen para la música.
Ariel (la del 89) ha vivido juzgada por aquellos que creen que todo su tormento ha sido en nombre del amor, cuando ella solo quería nutrir su hambre de conocimiento y aventura, así que este nuevo film no viene con una intención muy diferente, solo nos recuerda esas ansias que hemos experimentado ante el deseo de ser parte de algo más. Si bien se dice que es el mejor live action de Disney, solo el público podrá decidirlo al final, así que ¡Cuéntanos! ¿Vas a verla en cines?
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